Es irreal la venida urgente de las maramomozzys, el ceño ungido en emblemas radiantes. Las banderas desplegadas y el fulgor que atesora su alma es un aliciente que alcanza con la esperanza de saber, de econtrarse, de relajarse en camaraderias añejas. Brindar es lo que queda, emborracharse después, y dormir placidamente el mejor sueño de todos...
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Es irreal la venida urgente de las maramomozzys, el ceño ungido en emblemas radiantes. Las banderas desplegadas y el fulgor que atesora su alma es un aliciente que alcanza con la esperanza de saber, de econtrarse, de relajarse en camaraderias añejas. Brindar es lo que queda, emborracharse después, y dormir placidamente el mejor sueño de todos...
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