domingo, 11 de mayo de 2008

Capitanear

Labores de un cabecilla

Emprender, advirtiendo los semblantes a tu lado

Al norte cientos de volcanes vulneran los cielos

En llamas

Al sur el atardecer inunda de un púrpura coagulado, no es sangre enemiga

Criaturas sin nombre convulsas se pierden en los prados oscuros…

Dar las órdenes pertinentes

Si quieres observar

Escuchar

Aferrarse a un mástil, sin vendas en los ojos ni oídos…

pase lo que pase no perder la cordura

Tu tripulación es fiel seguirá adelante…

Las faenas popozzyanas tienen su costo

1 comentario:

charlotte dijo...

La calma cuesta.

Saber q podes descanzar en otros hombros, que los ojos se pueden cerrar, que alguien te cuidará por las noches... entonces si, que vengan las tormentas!, que las sombras dancen arriba nuestro, que el cielo escupa sangre, que la tierra dispare rayos. Las cuevas nos salvan, nos dan fuerzas y nos acompañan al enfrentamiento. Nada es gratis, algunas cosas quedan en el camino, pero la misma fuerza de todas "nuestras celulas" nos hacen seguir, a no quedarce, no bajar la bandera, el viaje recién comienza, los cimientos son fuertes, no estás solo, un manantial de lamentos, una cuadrilla de almas te acompañan... y no te verán caer